Escapadas

Don Joaquín dice que los trenes son animales mitológicos que simbolizan la huida, la fuga, la vida, la libertad. Siempre he estado de acuerdo con él, o puede que yo haya visto siempre los trenes como elementos románticos y aventureros porque los veo a través de los ojos de Sabina. Muchos trenes llevo a mis espaldas, muchos kilómetros, muchas despedidas en muchos andenes. Trenes que me llevaron a Madrid, trenes que me llevaron a descubrir Europa, a aventuras salmantinas y a vivir el Erasmus.

Esta vez en tren me llevó a una ciudad, no demasiado lejana, a un aeropuerto, y a un reencuentro que necesitaba más de lo que me gusta admitir. Un abrazo, un beso interminable en la salida de la terminal, una botella de vino y un fin de semana de paseos, risas, sexo, cervezas, miradas, visitas breves de amigos y atardeceres en la Grand Place. Tanto tiempo esperando que llegase este momento y ya se ha ido… por eso hay que aprovechar cada momento, porque se escapan demasiado rápido entre mis dedos, y para poder luego recordarlos antes de dormir.

Tras un domingo cuya tarde fue aún más triste y angustiosa que el resto de los domingos, vuelvo a estar en mi habitación, delante del ordenador, intentando entrar de nuevo en esta rutina que tanto tiempo me costó conseguir. De momento, abrazos de los amigos de aquí para hacerme echar un poquito menos de menos a los que están allí, conversaciones, recuerdos, risas, fotos, vídeos de las noches que me perdí y preparativos de las próximas noches que viviremos, planes que nunca terminan de materializarse y que no sé si se llevarán a cabo… por lo pronto Estocolmo se cae del cartel hasta que el sol vuelva a salir por el norte del norte de Europa. Amsterdam… no lo creeré hasta que no esté allí…

Me encanta Lille, me encanta el Erasmus, me encanta estar aquí, y estudiar cine, y conocer a toda la gente que he conocido y que (creo) me quiere tanto y a la que yo quiero tanto. Me sobran motivos para estar contenta, pero ya lo dijo Quique González: “Me sobran motivos, pero me faltas tú sobre la cama”

Perdón por la tristeza (y por los robos de palabras a gente que se expresa mejor que yo)