Erasmus y fin nunca irán en la misma frase

Si Raúl lo dice yo me lo creo. No se pueden pronunciar las palabras fin y erasmus en una misma frase. Está prohibido. Si lo haces es muy muy muy probable que te explote la cabeza o algo por el estilo. Por eso no voy a hablar del fin del erasmus. Por eso no voy a contaros que hoy he ido a solucionar papeleos de todo tipo, ni que ya he compraso una caja para mandar por correo, ni que Nadia nos ha firmado el certificado de fin de estancia, ni que en un par de días ya empiezo a hacer la maleta. No pienso hablar de esas cosas.

Porque no soy capaz de asimilar que de hoy en una semana, a estas horas, esté ya en un avión, con las manos sudándome y con lo ojos cerrados muy fuerte. Nunca me acostumbraré a los despegues...No soy capaz de pensar que en una semana esté de vuelta en cierta habitación del Johnny de cuyo número no quiero acordarme, en la que hace 9 meses pasaba una noche en blanco mirando el reloj y preguntándome que encontraría en Lille.

Ahora lo sé. Si hay otra familia además de la que a todos nos toca tener, eso es para mi la gente que he encontrado en Lille. Tuvimos nuestros malos momentos, nuestras broncas, nuestros malentendidos y nuestras decepciones, pero ante todo tuvimos millones de buenos momentos, de risas, viajes, fiestas, lágrimas, exámenes, más fiestas...

¿Cómo os explico yo lo mucho que os quiero, lo mucho que significais para mi, lo mucho que me habeis ayudado en los malos momentos? No puedo explicároslo, pero yo seguiré intentándolo.

Alba, Ana, Bego, Irene, María, Raúl, Salva, Tamara (el orden alfabético es tan bueno como otro cualquiera). Os quiero, os adoro, os necesito, y por eso nunca me despediré del todo del erasmus, ni de Lille, ni de casa Wazemmes, ni de Bernarda's pussy, ni de Vince, ni de Wilbert, ni de Carlo, ni de los Beatles con sus lunares en la cabeza, ni del cerdo gordo y obeso, ni del Cheval Blanc, ni de los pollos, ni del Palace, ni del Vieux Lille, ni del teatro de Sébastopol, ni de la secretaría de Arte y Cultura, ni del profe de Analyse de Films, ni de la sangría y el rebujito y la kronemburg, ni la place de la République, ni de chez tamy, ni de Chez moi, ni de nada de nada de nada, porque, como dice Alba, no nos vamos. Todo es mentira, y, si don Joaquín me lo permite, yo me bajo en Lille Flandres.